Miércoles, 25 Junio 2025 13:10

Ana López-Navajas arroja luz al trabajo conjunto entre Einstein y Mileva Marić

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  • La docente explicó por qué es “el caso más injusto” en cuanto a la aportación de las mujeres en la ciencia

Las Palmas de Gran Canaria a 23 de junio de 2025. - La investigadora y profesora valenciana Ana López-Navajas ofreció el pasado viernes en Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, la conferencia sobre la relación personal y laboral entre Albert Einstein y Mileva Marić, dentro del ciclo 'Genios y Genias?'.

Al evento asistieron una treintena de personas que fue impulsado por el Servicio de Museos del Cabildo de Gran Canaria y dirigido por Alicia Bolaños y contó con la colaboración de la Asociación Clásicas y Modernas, una organización dedicada a la igualdad de mujeres y hombres en la cultura. En el proyecto se exploraron las relaciones entre destacados intelectuales del siglo XX y mujeres creadoras igualmente distinguidas, analizando las diferencias que marcaron sus vidas desde una perspectiva feminista.

López-Navajas enfatizó sobre la importancia de Marić en la comprensión del trabajo de Einstein, especialmente en 1905. La colaboración entre ambos en la primera etapa de la carrera científica de Einstein se refleja en los artículos de ese año, siendo el trabajo conjunto y el apoyo de Marić fundamentales para la productividad de 1905. “No sabemos cuál fue la aportación de cada uno, pero sí sabemos que hubo un fructífero trabajo colaborativo en esos primeros tiempos”, afirmó López-Navajas.

La historia de Marić y Einstein revela mucho sobre la construcción cultural del genio como una categoría históricamente masculina. El trabajo de Mileva Marić se conoció a través de sus cartas, publicadas tras la muerte del hijo mayor de ambos, en un momento en que Einstein ya era un ícono del siglo XX. La posible colaboración de Mileva Marić, que surgió en 1987, “constituye una grieta en la monolítica figura de genio absoluto que representa Einstein”, señaló la investigadora. Sin embargo, el esfuerzo por desprestigiarla demuestra “hasta qué punto constituyó una molestia para la construcción del genio”, afirmó.

“Mileva Marić colaboró con el más grande, y eso no le quita ningún valor: se lo da. Lo que sí desmonta es la imagen del genio aislado, absoluto, como si todo surgiera de una única cabeza brillante. Esa construcción ha invisibilizado a muchas mujeres que fueron clave en los avances científicos”, declaró la conferenciante.

López-Navajas atribuyó el silenciamiento del papel de Marić a la articulación del genio como una construcción cultural masculina, las circunstancias personales de ella (como la necesidad de cuidar a su hijo enfermo), y las limitaciones sociales que afrontaban las mujeres en la ciencia. “Esto ha hecho que las aportaciones de Mileva, pero también del resto de científicas, sea desdeñado y ha contribuido a su olvido”, lamentó.

La omisión sistemática de las mujeres en los contenidos educativos tiene un gran impacto, llevando a la pérdida de talento científico y contribuyendo a la brecha digital de género. “Un estudio de enero de 2017 en Science demuestra que las niñas se ven ya ajenas a los ámbitos brillantes o muy brillantes a partir de los cinco o seis años', explicó López-Navajas.

Los desafíos para incluir referentes femeninos en el currículum educativo incluyen la falta de conocimiento por parte del profesorado, la inercia de un relato científico masculinizado y la escasez de material adecuado. Para abordar esto, López-Navajas coordina el proyecto 'Women's Legacy', que busca incluir estos referentes en los contenidos escolares y académicos.

“Presentarla como una pobre desgraciada que acabó dando clases de música es una forma de borrarla. Pero Marić fue una brillante física, instrumentista, y científica respetada por sus compañeros. Estuvo en laboratorios de élite, escribió, debatió y construyó conocimiento junto a Einstein”, afirmó la investigadora.

El arte y la divulgación cultural son cruciales para restituir la presencia de las mujeres en la memoria colectiva, pero la educación juega un papel aún más importante. Un estudio realizado por López-Navajas en manuales escolares de la ESO reveló que la presencia de mujeres era de un 7,6%.

La investigación sobre figuras como Mileva Marić ha sido un proceso “triste y doloroso” para López-Navajas, al constatar la vigencia de los mecanismos que impidieron a estas mujeres desarrollar sus aptitudes. Sin embargo, también ha permitido centrarse en los intereses, logros, educación y momentos difíciles de Marić.

“A lo largo de la historia, las mujeres científicas han existido de forma continuada, desde la antigüedad hasta hoy. Pero han tenido que superar más barreras: acceso a la educación, prestigio académico, reconocimiento. Las cifras actuales de catedráticas, por ejemplo, lo siguen demostrando”, añadió López-Navajas.

La conferencia buscó entre el público la reflexión sobre el papel de las científicas y sus dificultades, más allá del rol de Mileva como esposa de un genio, y sobre la tortuosa relación que mantuvieron. También se pretendió cuestionar los constructos masculinos de genio individual y brillante, alejados de una ciencia que hoy se concibe como un trabajo en equipo.

“La familia ha sido muchas veces el único espacio que las sostuvo. Como Mileva y Albert, que compartieron casa, libros e ideas, muchas mujeres pudieron hacer ciencia en espacios informales, con sus parejas, hermanos o padres. No porque no pudieran hacerlo solas, sino porque la estructura académica no se los permitía”, concluyó Ana López-Navajas.

También destacó en su exposición a las científicas contemporáneas de Marić, Emmy Noether, Grete Hermann y Lise Meitner, porque “forman parte indispensable de la ciencia” y su ausencia resta rigor y seriedad al relato científico.