Gobierno y Universidad de La Laguna desarrollan una iniciativa para convertir a estudiantes en portavoces y dinamizadores de la Agenda 2030
El proyecto forma parte de los 14 que el Ejecutivo autónomo ha impulsado de la mano de las dos universidades públicas del archipiélago
El Gobierno de Canarias, de la mano de la Universidad de La Laguna (ULL), ha puesto en marcha un curso para formar a influencers sostenibles. En el marco de los objetivos de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible, el centro académico lleva a cabo este proyecto dirigido a preparar a jóvenes como agentes de sostenibilidad para que se conviertan en influencer 3C (conocimiento, conciencia y compromiso) en su ámbito curricular, laboral, asociativo, social o personal.
Se trata, explica la coordinadora de la iniciativa y docente e investigadora de la Facultad de Educación de La Laguna, Itahisa Pérez Pérez, de hablar a las personas jóvenes de igual a igual y con sus mismas herramientas “como forma más eficaz de transmitirles información, implicarlas en determinados proyectos o hacerles partícipes de distintas propuestas”.
Y para ello, nada mejor que ser influencer y utilizar las redes sociales como vehículo de comunicación. Sin embargo, este modelo queda lejos de la imagen habitual de celebridades que dan a conocer su modo de vida y va destinado a divulgar contenidos con fines sociales.
La iniciativa se enmarca entre los 14 proyectos que impulsan las dos universidades públicas, con financiación del Gobierno de Canarias, para la búsqueda de soluciones innovadoras que contribuyan a facilitar la concienciación y el desarrollo de la Agenda Canaria 2030.
De entrada, la mayoría de estudiantes que se inscribió en el curso desconocía la Agenda2030, los ODS, sus fines o cómo se trabaja para implantarlos. Una vez iniciado, mostraron un “gran interés” por las posibilidades para desarrollar sus proyectos y que deben continuar para “dar opciones a la gente joven de que participe y exponga sus propuestas de manera directa” e impactar en colectivos a los que habitualmente no llegan estas iniciativas, como personas mayores, dependientes o con discapacidad, dice Pérez.
Acciones pequeñas, objetivos grandes
Las estudiantes se sintieron atraídas no sólo por el nombre (Influencer 3C), sino por la oportunidad de “emprender acciones desde lo pequeño, pero con un objetivo final que puede ser grande”, afirma Wude Castro, una de las participantes en el proyecto que cursa Pedagogía en la ULL.
El curso se diseñó con una parte teórica, ya finalizada, y una segunda fase de prácticas “peculiares”. Explica la coordinadora que son las propias alumnas los que deciden sus itinerarios “personalizados” -guiados por un tutor- en los que abordan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que más se adaptan a sus intereses personales, educativos o incluso vitales. Insiste Pérez en que “no son prácticas al uso”, sino que tienen como objetivo generar contenido, fundamentalmente en redes, pero también a través de charlas o asesoramiento y servicios (ApS).
El área inicial de esta propuesta es el municipio de La Laguna, aunque su proyección es regional para divulgar los ODS y facilitar su conocimiento, a la vez que “transmitir la urgencia de acelerar su cumplimiento y explicar cómo contribuyen a mejorar la economía y el bienestar social”.
En marzo finalizarán el curso cinco personas. El objetivo es que estas jóvenes se conviertan en portavoces de los proyectos elegidos, que hacen referencia sobre todo al ámbito socioeducativo y de género, aunque también han abordado la pobreza o la salud.
“Ni para ser famosas ni para ganar dinero. Queremos cambiar las cosas y mejorarlas”, insiste Wude Castro en una reflexión que comparte su compañera María del Cristo Velázquez.
“Actuar para cambiar las cosas”
Velázquez, alumna de Doctorado en la ULL, está centrada en divulgar a través de las redes sociales -ha optado por Bluesky- aspectos relacionados con la biodiversidad terrestre, el consumo responsable y el cambio climático.
Señala al respecto que “crear conciencia no es tan difícil como crear los compromisos necesarios para generar un cambio positivo”, y considera que las redes son el medio “más directo y efectivo” para hacer llegar este tipo de contenidos a la juventud.
También Wude Castro entiende que esta vía -en su caso Instagram- es la más fácil contactar con gente de su edad. Ella forma parte de una ONG que trabaja en proyectos encaminados a paliar la pobreza y en dar a conocer “que en Canarias también hay población que no tiene acceso a servicios mínimos, no solo es un problema de países subdesarrollados”. Se muestra convencida de que “podemos colaborar para cambiar las cosas y construir un mundo más equitativo”.
Itahisa Pérez, la coordinadora, reconoce que el trabajo de conocimiento y conciencia son “a medio y largo plazo”, pero hace hincapié en que este curso “es una semilla para seguir empoderando y trabajando”, porque el objetivo es continuar con el proyecto e implantarlo en otras islas.
Proyectos personalizados
Esta es también la visión de María del Cristo Velasco: su objetivo es consolidar un grupo de influencers creando compromiso a través de proyectos enfocados a la protección del medio ambiente.
Otra de las alumnas, Katherina Gómez, está interesada en promover el bienestar y la educación inclusiva de calidad y encontró en Influencers 3C un camino desde el que trabajar a través de los ODS relacionados con Salud y Bienestar y Educación de calidad, áreas que están relacionadas además con su formación en Pedagogía.
Como parte práctica, trabaja en un proyecto socioeducativo centrado el taller Re-Conéctate: Prevención de Tecnoadicciones y Uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) a través de hábitos saludables. Su propuesta es fomentar la concienciación sobre el uso responsable de las TIC a través de un taller que pretende proporcionar herramientas para gestionar de manera equilibrada el uso de la tecnología, evitando sus riesgos y potenciando su uso positivo.
Katherina afirma que ser influencer es una buena opción para acercarse a la juventud, especialmente porque “acceden a la información a través de redes sociales como TikTok”. Desde estas plataformas, asegura, se puede llegar a ella de manera más directa, una visión que comparten sus compañeras.
A través de un mercadillo de trueque, Ithaisa Martín quiere profundizar en la economía circular, otro de los objetivos de desarrollo sostenible. “Pequeñas acciones para provocar cambios.
Encuentro intergeneracional
A través de Tik tok y Bluesky divulga su iniciativa y, de momento, está encontrando receptividad no exenta de extrañeza porque “incluso en la Universidad choca que la palabra influencer esté ligada a la Agenda 2030”. Mantiene que esta fórmula para ofrecer contenidos es más dinámica y se acerca más a la juventud que un curso tradicional, y “tiene más repercusión”.
A Alejandra Hernández, alumna de segundo de Pedagogía, el curso la llevó a un proyecto centrado en la cultura canaria que, junto a la Universidad, se desarrolla en el CEIP Prácticas Aneja de La Laguna. El centro, detalla, considera importante que el alumnado conozca la cultura canaria y la primera fase es detectar cuál es el interés de los niños y niñas.
Como broche final de estos meses de aprendizaje, en mayo -y en el marco del Día de Canarias- está previsto un encuentro intergeneracional en el que participan más de 90 estudiantes de Pedagogía a los que esta alumna, junto al profesorado, implicó en el proyecto.
Igual que sus compañeras, Hernández -especialmente interesada en los ODS relacionados con la cultura y la educación-, confía en la influencia de las redes y las ‘píldoras’ visuales para hacer llegar sus contenidos porque “puedes ofrecer información relevante de manera más eficaz que mediante charlas o fórmulas que requieren más tiempo”.
A nivel personal, las expectativas de estas alumnas “se han cumplido e incluso superado”, ya que a través del curso han podido conocer más a fondo los objetivos de desarrollo sostenible y, sobre todo, encontrar vías para su aplicación y como repiten todas “ser parte de un cambio”.