Dónde está la gratitud? Las Camareras de la Virgen de Guía han sido apartadas sin explicación ni diálogo.
Hace tres años, bajo un cielo emocionado y en medio de una noche mágica, las calles de Guía se llenaron de emoción para rendir homenaje a quienes, con amor y entrega, han cuidado durante siglos la imagen de nuestra Patrona, la Virgen de Guía. Fue un acto inolvidable, lleno de historia, sentimiento y reconocimiento hacia las Camareras de la Virgen y los Cargadores del Trono, cuyo silencioso esfuerzo ha sido siempre el alma de nuestras fiestas patronales.
La talla de la Virgen de Guía, restaurada en 2023 por el Ayuntamiento, data de finales del siglo XVI. Desde tiempo inmemorial, su cuidado y vestimenta han estado en manos de las conocidas como Camareras de la Virgen, mujeres que han heredado este compromiso de generación en generación. Una tradición centenaria que, nacida en el seno de las familias, ha ido abriéndose poco a poco a nuevas incorporaciones, manteniendo siempre el respeto y la devoción por nuestra Patrona.
Pero hoy, me dirijo a la ciudadanía con un mensaje muy diferente: preocupación, sorpresa y tristeza.
Recientemente, y sin comunicación previa ni motivo público conocido, se ha decidido retirar a las Camareras de la Virgen de sus funciones tradicionales. Una decisión que no se entiende por las vecinas y los vecinos.
Este cambio, realizado al margen del diálogo con las afectadas, con los vecinos del municipio y con quienes históricamente han trabajado por preservar nuestra identidad cultural, deja muchas dudas y pocas certezas:
- ¿Qué razones fundamentan esta decisión?
- Debería tenerse en cuenta la historia, la memoria colectiva y el valor de las Camareras en la devoción local.
- ¿Se ha consultado con el Obispado o con el propio pueblo de Guía?
- ¿Quiénes asumirán ahora esta responsabilidad tan arraigada y significativa?
La figura de las Camareras, Medalla de Oro de la Ciudad, no solo tiene un papel práctico en el cuidado y acompañamiento de la imagen de la Virgen, sino que representa una estrecha conexión entre la fe popular, la tradición y la identidad. Son guardianas de un patrimonio material e inmaterial que trasciende lo religioso y toca lo más profundo de nuestra cultura local.
Como vecina, como defensora de la cultura y como quien un día tuvo el honor de impulsar iniciativas como el mencionado homenaje, considero que decisiones de este calado deben tomarse con transparencia, respeto y sensibilidad. No podemos permitir que esta tradición centenaria sea víctima de decisiones desconectadas de la realidad social y emocional del pueblo.
Confío en que desde la Parroquia se abra cuanto antes un canal de diálogo con las afectadas y con el conjunto de la comunidad, para aclarar los motivos de esta decisión y reconsiderarla en aras de la unidad, la memoria y el consenso que debe primar en torno a nuestra Patrona.
La Virgen de Guía nos mira. Ojalá quienes tienen la responsabilidad de conducir su culto puedan escuchar también la voz callada pero firme de la tradición y la historia de Guía.